Actualmente los automóviles descapotables son relativamente pocos en la oferta y cuentan con diferentes materiales y sistemas para el techo y su manipulación, sin embrago los primeros automóviles eran descapotables pues derivaban de carruajes tipo calesas.
Enseguida se vio la necesidad de proteger a los ocupantes del viento, la velocidad media era sensiblemente superior a los vehículos de tiro animal, y para viajes es imprescindible por la lluvia y demás inclemencias climatológicas.
Pasados los años el automóvil con techo es el habitual, con versiones de ventas mucho más reducidas se producen descapotables con techo de lona que se acciona manualmente.
Nos referimos en este artículo a descapotables que guardan el techo completo, no los que mantienen los laterales del techo y se descubre exclusivamente la parte superior.
Los modelos descapotables, cabriolet, descubiertos o sin techo son en casi todos los casos para personas que buscan en el automóvil algo más que un medio de transporte.
Pero la capota de lona tiene sus inconvenientes; ruido a partir de cierta velocidad, deformación de la capota, peor aislamiento térmico y acústico, estanqueidad no siempre conseguida, capotado y descapotado más o menos laboriosos, menos seguridad activa y pasiva (1), robo más fácil, etc.
Pero los automóviles descapotables han tenido y tienen un encanto especial y se siguen ofreciendo en series no muy grandes pero reseñables.
Con el paso del tiempo se ha intentado aproximar la utilidad del automóvil descapotable a la versión cubierta, prácticamente siempre es un coupé de dos puertas.
Una propuesta bastante lograda consiste en los modelos coupé cabrio; el techo metálico del coupé cabrio se divide en partes formando un conjunto articulado que se aloja en el maletero cuando se circula sin capota.
El cierre con el techo puesto es bastante más hermético que con la lona, pero las uniones entre las diferentes partes han de mantener muy bien sus ajustes para que la estanqueidad sea correcta.
También el aislamiento es como el de un coche cerrado.
Parece la solución más adecuada y casi sin inconvenientes, pero hay que analizarlo con más detalle.
Seguridad activa o primaria
Un automóvil con techo tiene una estructura de carrocería cerrada y completa en su periferia que ofrece buenos resultados en torsión y flexión, pero al prescindir del techo puede quedar más sensible a que en curvas y baches las deformaciones dinámicas, reversibles, alteren la geometría de suspensiones y por consiguiente la estabilidad, además de apreciarse ciertos ruidos o crujidos.
Las carrocerías de los automóviles descapotables derivadas de coche con techo incorporan unos refuerzos en las zonas relacionadas con las suspensiones para tratar de compensar la carencia del techo y reducir las torsiones y flexiones dinámicas.
Seguridad pasiva secundaria
La carencia del techo, parte de cuya estructura corresponde al habitáculo, hace que esta zona quede menos protegida en caso de colisión, por lo que hay refuerzos también en los bajos del habitáculo, en sus zonas de separación delantera y trasera y las puertas.
Se busca mantener la capacidad de deformación de las partes delantera y trasera de la carrocería en caso de colisión por sus respectivas zonas, a la vez que se mantiene la rigidez del habitáculo.
En versiones coupé cabrio derivadas de un modelo cerrado es frecuente que el descapotable pese sensiblemente más que el coupé por los refuerzos en la estructura de carrocería.
Los airbag de cabeza y laterales pueden ir en las puertas o los asientos manteniendo la eficacia de protección.
En caso de vuelco unas barras salen hasta la altura del techo en la parte posterior del habitáculo, si se circula descubierto, como protección.
Se mantienen los demás airbag, se ven los frontales para conductor y pasajero y de rodillas para el conductor.
Particularidades de utilización
En los primeros automóviles descapotables poner y quitar la capota de lona eran operaciones manuales que se hacían por lo tanto con el automóvil parado.
Para ganar confort se han incluido sistemas de accionamiento automático, eléctrico o electrohidráulico, de forma que con un botón se hacen las dos operaciones.
Se ven en la imagen los componentes genéricos del sistema; calculador electrónico de control, motores de movimiento, sensores de posición de las diferentes partes móviles y el botón de accionamiento.
El mando automático es imprescindible en el coupé cabrio por el peso de los elementos, y también se incluye ya en los descapotables con techo de lona.
De este accionamiento automático provienen frecuentemente algunos de los incidentes de falta de estanqueidad del techo y ruidos.
Es habitual que se pueda accionar el techo a baja velocidad, lo que implica riesgos de que los baches e incluso el viento puedan forzar los movimientos generando holguras que con el tiempo alteran el asentamiento de las partes del techo, por lo que se incrementa la fiabilidad si se capota o descapota con el coche parado.
Hay automóviles diseñados como cabriolet, sin versión coupé cerrada, en este caso la estructura ya se diseña para los esfuerzos que ha de soportar.
Cuando un cabriolet es de solo dos plazas también se conoce como spider o roadster.
Artículos relacionados
- 1.4.1. Seguridad (I)
- 1.4.2. Seguridad (II)
- 1.4.3. Seguridad (III)
- Módulo 2 – Seguridad y carrocería
- Torsión y flexión de la carrocería