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La seguridad del automóvil comienza por todo aquello que colabora en evitar el accidente, es la seguridad activa primaria.
Triángulo de seguridad activa
Se basa en tres pilares básicos relacionados con el desplazamiento del automóvil que denominamos triángulo de seguridad activa:
- La mejor calidad del contacto de las ruedas con el suelo en todos las condiciones y circunstancia de circulación
- Equilibrio y uniformidad en las oscilaciones del automóvil al frenar, acelerar y en las curvas
- Contar con la máxima capacidad de frenada en todas las situaciones
La calidad del contacto rueda – suelo es responsabilidad de los neumáticos y su estado, se valora así:
- Profundidad del dibujo, al menos 1,6 mm según la legislación vigente, pero es mejor sustituirlos al llegar a 3 mm para mantener una adherencia aceptable en suelo mojado
- Sin daños en la banda de rodamiento, hombros y flancos
- Comprobar la dureza de la goma, pues con el tiempo va perdiendo humedad y se cristaliza reduciéndose drásticamente la adherencia aunque el dibujo esté dentro de las cotas
- En los flancos del neumático se indica la semana y año de fabricación como referencia, a partir del 5ª año puede empezar su cristalización que depende del clima y exposición al sol de los neumáticos
- Lo mejor es que los revise un experto
- Casi tanto como el estado de los neumáticos es trascendental la presión de aire, y es responsabilidad del conductor el control periódico (en frío o tras circular menos de 3 km)
- Con presión baja se reduce la calidad del comportamiento del neumático afectando a todos los demás aspectos dinámicos
Si la adherencia del neumático con el piso no es buena la frenada pierde eficacia así como los apoyos del ABS y sus complementos derivados.
El equilibrio de las oscilaciones lo controla la suspensión y especialmente los amortiguadores; cuando se observa que hay más oscilaciones de las habituales es síntoma de desfallecimiento de los amortiguadores.
La dificultad de valorar su estado es que al irse degradando progresivamente no es fácil apreciar su desgaste en conducción que no someta al automóvil a grandes oscilaciones.
El problema es que si con los amortiguadores fatigados se ha de hacer una frenada de emergencia con esquiva, el desequilibrio dinámico del automóvil, recargando mucho el peso delante y hacia un lado a la vez que se descarga de atrás, hace que la frenada sea muy descompensada y el ABS y demás complementos de seguridad activa no pueden hacer correctamente sus funciones.
De la calidad de frenada se encargan los discos o tambores, las pastillas o zapatas y el líquido de frenos.
Cualquier degradación en su estado afecta a la eficacia de frenada y la respuesta del ABS y sus derivados.
A continuación se ve la imagen del triangulo de seguridad con los tres pilares básicos, y en el centro el ABS y sus complementos cuyo rendimiento se basa en el estado de los tres vértices en sus intervenciones en situaciones extremas y de emergencia.
Sin olvidar que el protagonista de la seguridad activa es el conductor.
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